"Punzantes" es una obra compuesta por 24 piezas de grabado, cada una fijada con alfileres sobre una superficie negra. Estos grabados han sido creados a partir de impresiones de mordidas de diferentes personas sobre bolsas de té usadas, transformando un gesto cotidiano y primitivo en una huella visual y simbólica.

La obra explora el reconocimiento de la presencia humana y la mordida como un acto esencial para la vida, un impulso instintivo que nos conecta con nuestra naturaleza más primaria. Cada impresión es única, una marca irrepetible que habla de identidad, corporalidad y memoria.

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Las bolsas de té, con sus distintas tonalidades y texturas, reflejan el paso del tiempo y la fragilidad de la materia, estableciendo un vínculo entre lo efímero y lo permanente. La acción de fijarlas con alfileres refuerza la idea de tensión y vulnerabilidad, como si estos rastros de vida quedarán suspendidos entre lo tangible y lo intangible.