El trabajo consiste en los siguientes pasos para llegar a la presentación, primero hago una grabación de un video que registra mi rostro en plano retrato, donde hago distintos gestos espontáneos que nacen por estar enfrentada a una cámara, en el fondo del video se observa una cortina.

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El lugar es mi habitación lugar donde permanecen muchos recuerdos de experiencias pasadas con las imágenes virtuales, por ejemplo, videoconferencias. De una alguna u otra manera los lugares son receptores de acciones pasadas, algo parecido a lo que se conoce como las vibras, y una vez que repetimos en nuestra cotidianeidad las acciones, se transforman en rituales.

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Los medios digitales/audiovisuales están intrínsecamente relacionado con el contexto pandémico. El video se presenta a través de una proyección, la posición de los elementos que constituyen el trabajo son la proyección, una silla, el proyector y el computador, todos esto crea una alegoría a los espacios virtuales. En la presentación del trabajo me siento en la silla y encajo mi rostro con el de la proyección, al momento que video se reproduce y producen encuentros y desencuentros con la imagen real y la imagen virtual es la piel de la imagen real, la cubre y la acciona desde el registro, una alteración de la percepción, al parecer la presencia de la imagen virtual destaca mucho más, tanto que la imagen real tiende a tener un aspecto traslucido.